Don Disfraz es uno de los grandes ecommerce europeos de su sector y tiene ADN gallego: concretamente de Ponteareas. Su origen está en una tienda que vendía un poco de todo, al igual que hacían muchos ultramarinos de pueblo: desde chucherías hasta alimentación, pasando por libros o calzado. En su oferta también se encontraba el alquiler de disfraces para el carnaval y las fiestas medievales que se recreaban por la zona. 

Los hijos de los dueños del establecimiento, Pilar y Roberto Rodríguez, decidieron hacerse cargo del negocio cuando estos se jubilaron y abrieron en 2004, bajo el nombre de Don Disfraz, una tienda online de venta de disfraces. Conocían el sector, los tejidos, las tendencias, los gustos de la gente… y su intención inicial no era otra que, manteniendo sus respectivos trabajos, obtener unos ingresos extra durante el carnaval. Pero, a diferencia de una tienda física, internet les permitía abrir todo el año y la primera sorpresa fue darse cuenta de que, finalizada la campaña, seguían generando ventas que, aunque modestas, eran continuas: festivales del fin de curso, despedidas de soltero/a, carnavales de verano, fiestas medievales o de romanos, Halloween, Navidad, cabalgatas de Reyes, etc.

Desde entonces, y con el impulso de sus promotores, las cifras no han hecho más que aumentar hasta consolidar su liderazgo tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Don Disfraz vende hoy a través de su propia tienda online en España, Francia, Italia, Alemania y Portugal, además de llegar a estos y otros países de Europa a mediante marketplaces como Amazon. 

La oferta de Don Disfraz es extensa y variada. No en vano, cuentan con un catálogo de 18.000 referencias. Mantienen la venta presencial en sus propias instalaciones de Ponteareas exclusivamente durante las campañas, donde también tienen ubicado el almacén y las oficinas: en total 7.000 m2 en los que se albergan aproximadamente 247.000 unidades de piezas en stock. 

Carnaval continúa siendo la época más intensa de su negocio, en la que se produce el 50% de la facturación de todo el año, lo cual es un verdadero reto. “Tienes que almacenar muchísimo material, sabiendo bien lo que compras, tener la mercancía lista y una infraestructura muy bien montada para vender todo en apenas 15 días. En épocas altas llegamos a sacar 7.000 paquetes en un día”, remarca. De hecho, su plantilla fija, que es de 17 personas, alcanza las 75 durante dichos períodos.

Una de las grandes claves del éxito de este ecommerce gallego ha sido siempre mantenerse al día de las tendencias e ir actualizando constantemente su oferta, adaptándose a las demandas de los clientes. “Los disfraces clásicos ya no son los más recurridos, ahora lo son otros basados en películas, series, videojuegos…”, explica Roberto Rodríguez. Como las compras de cara a las grandes campañas se realizan con casi un año de antelación, sumarse a los temas emergentes y virales es todo un desafío al que Don Disfraz da respuesta a través de la fabricación propia y exclusiva. “Contamos con un fabricante español para adaptarnos a las tendencias del momento, gracias a lo cual conseguimos cerrar un diseño y una pieza en muy poco tiempo. Esa capacidad de reacción nos ofrece una gran inmediatez y una ventaja competitiva en el mercado”, cuenta. Fue así como se gestaron algunas de sus ventas más exitosas de los últimos años, desde El Juego del Calamar hasta el test de antígenos o un diseño propio de Miércoles Addams.

De cara al futuro, su principal reto es estabilizar y asentar el crecimiento de la empresa, así como dar el salto al otro lado del Atlántico para vender en Sudamérica y Norteamérica.