Inicio
Actualidad

¡Al día!

18/01/2024

Muebles de diseño con raíces gallegas

Comparte este artículo

Con sede en Santiago, Bela Furtiva es una marca de mobiliario y complementos enraizada con la cultura gallega que fabrica sus productos de forma artesanal en talleres de proximidad y con materiales naturales

Artesanía, innovación y sostenibilidad son los pilares principales de Bela Furtiva, una marca de mobiliario y complementos en los que la inspiración atlántica, la cultura gallega y las propias vivencias personales de su fundadora, Xema Varela, se dan la mano.

El proyecto nació en plena pandemia, pero la idea ya llevaba tiempo rondando en su cabeza. Como responsable desde 2008 de la empresa de interiorismo Nanube, atesoraba una sólida experiencia en el sector. “Estábamos muy habituados a trabajar en proyectos muy personalizados y a diseñar todos los muebles que se incluían, por lo que deseaba capitalizar y aprovechar todo ese conocimiento”, cuenta Xema Varela. “El confinamiento fue un momento de calma inesperado en el que surge la oportunidad de dedicarle tiempo a plasmar todas las ideas que tenía en mente, coincidiendo además con un momento de mi vida en el que me estaba cuestionando muchas cosas a nivel identitario”, continúa. En ese proceso, además, conecta con la figura de su abuela, en la que se inspira el nombre del proyecto. “Bela Furtiva nace como homenaje a todas esas mujeres que, antes que nosotros y también hoy, se atrevieron y atreven a rebelarse contra las convicciones sociales que las relevan a un segundo plano”.

El fin último de Bella Furtiva es alejarse de la idea prototípica de un mueble y crear “piezas que puedan conectar emocionalmente con las personas, que vayan más allá de la funcionalidad meramente entendida como utilidad. Ir deconstruyendo el mueble e ir llegando más al territorio del arte”, explica.

Conexión urbano - rural

En la actualidad, en Bela Furtiva cuentan con 5 colecciones en marcha, cada una con su historia. “Lo que más éxito tiene son nuestros bancos: Xara, una pieza de apariencia elegante y sencilla, aunque no hay nada sencillo, sino mucho trabajo detrás; y Naila, que transmite una gran sensación de esbeltez y consistencia”, detalla.

Los productos y las colecciones de la marca van muy de la mano de la cultura gallega con una gran labor de investigación, interpretación y actualización de diversos conceptos y un fuerte componente emocional.

“Como ejemplo, para nuestra última colección Atar, que está en proceso y de la que estamos empezando a mostrar los primeros prototipos y piezas, recorremos el rural gallego durante prácticamente un año viendo diferentes “realizaciones materiales”, que es cómo les llamamos a las soluciones arquitectónicas que se hacen en el rural de forma espontánea para solucionar necesidades”, explica. “Hablamos de cuando te encuentras con una mesa hecha con tableros de madera y bloques de hormigón que sobraron de construir una casa o una barandilla hecha con redes de pesca que ya están allí alrededor de unos palos...”. De este modo, se inspiraron en esa realidad para crear piezas con esa misma mentalidad, pero atractivas para un público enfocado en el diseño, con una voluntad de reconciliar el mundo urbano con el rural y apostando cada vez más por muebles de edición única.

Materiales naturales y economía circular

Para la creación de las diferentes piezas, en Bela Furtiva trabajan principalmente con materiales naturales y con metales, como puede ser el acero, así como con telas como el lino o las sedas salvajes. Además, el concepto de economía circular está cada vez más presente en sus colecciones. De hecho, en la última, para la que contaron con una auditoría para guiarlos en el proceso, emplean subproductos, restos de taller, sobrantes de telas, trozos de madera de los talleres con los que trabajan, etc. para volver a introducirlos en la cadena de producción. “Además, trabajamos con talleres locales, el consumo de agua que hacemos es mínimo... Vamos teniendo cada vez más control sobre esto”, remarca.

El estudio de interiorismo de Bela Furtiva se encuentra en Santiago, que es donde realizan la mayor parte de sus transacciones, y que complementan con la realización de diferentes pop-ups (concepto de tiendas itinerantes y temporales) en Galicia, su página web y redes sociales. Estas últimas “juegan para nosotros un papel importante porque son la herramienta que emplean los usuarios para informarse previamente. No son aún agentes decisores en la compra, pero sí medios para darnos a conocer más y estar más conectados”.

Tras la experiencia de las pop-ups celebradas en Carballo y Pontevedra, en 2024 proyectan hacer una en Santiago. Para el futuro, su principal reto es alcanzar una comercialización más estable y hacer una labor de expansión y comercialización hacia Portugal, sin descuidar la parte social. ”No solo nos interesa ser una empresa que genera beneficios, nos interesa muchísimo calar en la sociedad, ofrecer un mensaje con el que poder contribuir y hacer un labor relevante que afecte positivamente”, concluye Xema Varela.

También te puede interesar