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13/02/2024

Entrevista a Félix Puime Guillén, coordinador del Grado en Relaciones Internacionales de la Universidad de A Coruña

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“La economía y la sociedad gallega, desde tiempos ancestrales, han demostrado su capacidad para la internacionalización”

Con una amplia experiencia a sus espaldas como financiero de compañías internacionales del sector del pescado congelado y las energías renovables, Félix Puime Guillén es profesor permanente laboral y coordinador del Grado de Relaciones Internacionales en el Campus Industrial de Ferrol, perteneciente a la Universidad de A Coruña, un programa formativo que abre al alumnado un amplio abanico de salidas profesionales en el contexto exterior.

Como coordinador del Grado en Relaciones Internacionales de la Universidad de A Coruña, ¿con qué objetivos está enfocado el programa de formación?

El título se ofrece en Ferrol enfocado a la cooperación al desarrollo especialmente en terceros países. Por ello, los objetivos que se plantean es que el alumnado, una vez finalizado sus estudios, sea capaz de apreciar la diversidad y la multiculturalidad, tenga habilidad para trabajar en un contexto internacional, sea capaz de identificar aspectos esenciales de culturas y costumbres de otros países, tenga capacidad para la resolución de problemas, disponga de habilidades para la organización y planificación, tenga capacidad para la toma de decisiones, sea capaz de efectuar el diseño y la gestión de proyectos internacionales y en zonas de conflicto y tenga conocimiento para el desarrollo de negocios a nivel internacional.

¿Cuáles son las principales competencias que debe tener un profesional de las relaciones internacionales?

En el caso concreto de nuestro grado, las competencias específicas que adquirirá nuestro alumnado son las capacidades de analizar información relacionada con fuentes y hechos internacionales en entornos geopolíticos, económicos y jurídicos complejos, presenciales o virtuales. También comprender la estructura, las competencias y el funcionamiento de las instituciones y organizaciones internacionales, así como sus relaciones con otros actores, estatales y no estatales. 

Del mismo modo, es importante conocer los conceptos, teorías y técnicas aplicadas al análisis de los actores y relaciones internacionales, tanto en el ámbito universal como en el regional, con una perspectiva tanto histórica como contemporánea.

Otras competencias clave se basan en comprender los fundamentos teóricos generales de la economía y de la estructura económica internacional; los procesos globalizadores, las dinámicas de deslocalización y estrategias alternativas; así como los desafíos a la seguridad internacional y el valor de la mediación y resolución de conflictos de forma pacífica.

Finalmente, un profesional de las relaciones internacionales debe ser capaz de analizar la realidad global en sus diferentes dimensiones, en particular la geográfica, la política, la social, la económica y la jurídica; aplicar la metodología científica a los retos sociales, políticos, económicos y jurídicos con elemento internacional; analizar y evaluar problemas medioambientales y patrimoniales en las relaciones internacionales; adquirir conocimiento de las técnicas, métodos de trabajo y análisis de las ciencias humanas, sociales y jurídicas; analizar la realidad política, social y económica en el marco de la cooperación internacional al desarrollo; y comprender los instrumentos y mecanismos políticos, jurídicos y económicos que garantizan una gestión eficiente de proyectos y negocios internacionales

¿Qué impacto supone para el tejido empresarial e industrial gallego contar con talento formado en el ámbito de las relaciones internacionales?

Creo que la economía y la sociedad gallega, desde tiempos ancestrales, ha demostrado su capacidad para la internacionalización con una disposición enorme para la integración en realidades sociales y culturales muy distintas. Esta habilidad, que creo que existe en la mayoría de los gallegos, precisaba de una formación a nivel superior y, sin duda, esto se constatará con excelentes resultados en poco tiempo.

La presencia internacional de nuestras empresas debe ir más allá de una actividad comercial de venta de productos y servicios. Deben ser capaces de desarrollar proyectos complejos en territorios en donde, además, no existe una cercanía cultural o histórica.

¿Cómo valora el grado de internacionalización de las empresas gallegas y con qué bazas cuenta Galicia para posicionarse en el exterior?

Sin duda es muy bueno, pero en mi opinión muy concentrado en una zona geográfica determinada, en concreto en Europa Occidental. De hecho, las ventas en esta región son 20 a 1 con el resto de las ventas en otros continentes.

Europa es un continente envejecido y debemos ir a aquellos mercados con más capacidad de crecimiento en Latinoamérica, Asia, Oceanía e incluso África. Desde la Universidad de A Coruña ya estamos firmando acuerdos de movilidad con universidades de estos continentes para alumnado y profesorado, y estamos llevando a cabo proyectos de desarrollo tecnológico en estas áreas del mundo.

En mi opinión, una buena opción para las empresas es aliarse con la Universidad para llevar a cabo su internacionalización.

¿Cuáles serán los principales retos de la acción exterior gallega para los próximos años en términos económicos y comerciales?

Creo que el tejido empresarial ha mejorado mucho, pero echo en falta dos cosas. En primer lugar, un dominio generalizado de la lengua inglesa por parte de todos los trabajadores y tener horarios más acordes con otros países de Europa e incluso del mundo. Nuestras largas jornadas de trabajo, que se interrumpen durante mucho tiempo para la comida, no son homologables a casi ningún lugar del mundo y lo dice una persona que ya lleva visitado más de 80 países.

Por otro lado, debemos confiar más en nuestras capacidades e ir más allá de la actividad comercial. Tenemos capacidad para la puesta en marcha de grandes proyectos de inversión y desarrollo a nivel internacional, sobre todo en los países emergentes y debemos estar ahí para garantizarnos un futuro próspero. 

Nuevamente vuelvo a reclamar una mayor colaboración entre la empresa y la universidad.

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