En el contexto energético actual, donde la sostenibilidad y la eficiencia son esenciales, el autoconsumo se posicionó como una alternativa responsable y estratégica tanto para particulares como empresas que buscan reducir su dependencia de la red y fomentar el respeto al medio ambiente.
El autoconsumo permite generar energía para uso propio y, en la mayoría de los casos, las instalaciones están conectadas a las redes internas de consumo, aunque también pueden integrarse a la red de distribución para compartir los excedentes de producción de proximidad. Este modelo proporciona independencia energética, ya que permite consumir directamente la energía generada. En el caso de que la demanda supere la producción, la suministración se completa con la red eléctrica tradicional; por el contrario, los excedentes se derivan a la red, la cual puede ofrecer beneficios económicos al propietario.
El autoconsumo se presenta como una alternativa para aquellas personas o empresas que deseen generar su propia energía limpia, reducir costes y disminuir su dependencia de fuentes externas. A continuación, se explica cuáles son las dos modalidades:
Autoconsumo sin excedentes
Estas instalaciones disponen de mecanismos físicos, denominados dispositivos antivertidos, que evitan que la energía sobrante se inyecte a la red de distribución. Esto permite prescindir de solicitar acceso y conexión a la red con el distribuidor, aunque sigue siendo necesario registrarse en el sistema de autoconsumo de la comunidad autónoma correspondiente.
Autoconsumo con excedentes
Estas instalaciones, además de generar energía para autoconsumo, permiten que el exceso sea inyectado a la red de distribución:
- En instalaciones de hasta 10 kW de capacidad y conectadas en baja tensión, solo es necesaria una Memoria Técnica de Diseño.
- Para instalaciones de más de 10 kW, si se conectan en baja tensión, es preciso presentar un Proyecto Técnico.
- Para aquellas instalaciones en suelo urbanizado de hasta 15 kW de capacidad, no se requiere la solicitud de acceso y conexión al distribuidor gracias a la aplicación de GEA. Con todo, para instalaciones entre 15 kW y 100 kW en baja tensión, sí es obligatorio gestionar dichos permisos mediante GEA, del mismo modo que para aquellas de potencia superior a 100 kW, que también deben incluir garantías adicionales.
Este sistema de autoconsumo permite a los usuarios no solo un mayor control sobre su suministro energético, sino también reducir costes y avanzar en el uso de energías limpias.
Además, en este caso existen dos figuras a tener en cuenta: la de acogida a compensación o no acogida a compensación.
El primero de los casos se da cuando el consumidor y el productor optan por acogerse a un mecanismo de compensación de excedentes, pero solo se puede dar bajo una serie de condiciones como que la fuente de energía primaria sea de origen renovable, que la potencia total de la instalación de la producción no sea superior a 100kW, o que exista un único contrato de suministro para consumo y para los servicios auxiliares de producción con una empresa comercializadora.
En el segundo de los casos, los de no acogida a compensación, permite vender todos los excedentes que tenga la instalación al mercado eléctrico, por lo que sería productor y no autoconsumidor, con lo cual debería responder como tal. Esto supone darse de alta como productor de energías renovables en el Registro Administrativo de Instalaciones de Producción y Energía Eléctrica y hacer frente a los trámites fiscales y administrativos pertinentes.
En definitiva, el autoconsumo energético se presenta como una solución integral para los desafíos energéticos actuales, ofreciendo beneficios tanto a nivel individual como colectivo. Esta alternativa no solo permite reducir la dependencia de la red eléctrica tradicional y los costes asociados, sino que también contribuye significativamente a la transición hacia un modelo energético más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.