Conoce las mayores amenazas de ciberseguridad: ¿están las empresas preparadas?

El aumento exponencial de la digitalización trae consigo nuevas necesidades para las pymes y empresas como es la ciberseguridad. Un área que se ha consolidado como una de las principales preocupaciones estratégicas para las organizaciones a lo largo de este año.

Así, términos como el ransomware, el phishing avanzado y las vulnerabilidades en dispositivos IoT son esenciales conocerlos ya que se pueden convertir en auténticos retos para las empresas, especialmente para aquellas que no cuentan con políticas de seguridad robustas. El incremento del cibercrimen está generando nuevas dinámicas que requieren respuestas innovadoras, rápidas y eficaces.

Ransomware: una amenaza en constante evolución

El ransomware no es una amenaza nueva, pero sí cada vez más sofisticada y dañina. Un dato comprobable es que los ataques de ransomware serán más dirigidos y personalizados, con el objetivo de maximizar las ganancias para los atacantes. Ya no se trata únicamente de cifrar datos y pedir un rescate, sino también de amenazar con la publicación de información sensible, una práctica conocida como double extorsion.

En España, el problema es especialmente preocupante ya que según el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), en 2024 se registraron más de 120.000 incidentes relacionados con ransomware, una cifra que no deja de crecer especialmente en sectores como la salud, las finanzas y las infraestructuras críticas que están en el punto de mira por el alto valor de sus datos.

Phishing avanzado: engaños cada vez más convincentes

El phishing, la técnica de suplantación de identidad digital, también está evolucionando. En 2025, los ataques son aún más difíciles de detectar gracias al uso de inteligencia artificial para crear mensajes personalizados, convincentes y prácticamente indetectables. En España, el phishing ya experimentó un aumento en 2024 respecto al año anterior, con campañas especialmente dirigidas a pymes y usuarios de banca en línea. Además, se están diversificando los canales: correos electrónicos, SMS (smishing), llamadas telefónicas (vishing) e incluso mensajes a través de redes sociales.

El objetivo ya no es solo engañar a usuarios individuales, sino vulnerar la cadena de confianza dentro de las propias organizaciones, atacando a empleados y directivos por igual.

IoT: vulnerabilidades en dispositivos conectados

Con más de 75.000 millones de dispositivos IoT previstos para 2025, el Internet de las Cosas abre nuevas oportunidades… y también nuevos riesgos. Muchos de estos dispositivos carecen de medidas de seguridad adecuadas y pueden convertirse en una puerta de entrada para los atacantes. En entornos empresariales, esta amenaza se multiplica. Cámaras de vigilancia, sensores industriales o incluso electrodomésticos conectados son vectores potenciales de ataque si no se gestionan correctamente.

El impacto del cibercrimen en el tejido empresarial

El coste del cibercrimen no se limita a las pérdidas económicas sino que incluye también daños reputacionales, interrupciones operativas y sanciones legales por el incumplimiento de normativas de protección de datos. A nivel global, se estima que el coste del cibercrimen alcanzará los 10.500 millones de dólares anuales en 2025.

Estrategias para proteger tu empresa en 2025

Frente a estas amenazas, la prevención y la anticipación son claves. A continuación se exponen 5 claves prioritarias:

  1. Fomentar una cultura de ciberseguridad. La seguridad debe implicar a toda la organización, no solo al departamento de TI. La formación continua y la concienciación de los empleados sobre amenazas como el phishing es el primer escudo de protección.
  2. Incorporar tecnologías avanzadas. Herramientas como SAST, DAST, SCA o el attack surface monitoring ayudan a identificar vulnerabilidades y reforzar los activos digitales antes de que sean explotados.
  3. Gestión de vulnerabilidades. Auditorías periódicas, actualizaciones de software y segmentación de redes son esenciales para minimizar riesgos. La prevención es más rentable que la reacción y añadir planes de respuesta ante incidentes.
  4. Colaboración con expertos en ciberseguridad. Contar con partners especializados permite anticiparse a los nuevos vectores de ataque y tomar decisiones con conocimiento. La ciberseguridad ya no es un gasto, es una inversión estratégica.
  5. Contratar seguros de ciberseguridad. Protegen de los costes derivados de ataques informáticos, como la recuperación de datos, responsabilidades legales y multas regulatorias.

En definitiva, las amenazas evolucionan y se multiplican, pero también lo hacen las herramientas para combatirlas. Las empresas que quieran seguir siendo competitivas deben adoptar un enfoque proactivo y global ante la ciberseguridad.