La energía es uno de los pilares de la competitividad empresarial. Su disponibilidad, su coste y su gestión influyen directamente en la rentabilidad de las pequeñas y medianas empresas. En tiempos de transición ecológica, el reto no es solo reducir gastos, sino también apostar por modelos más sostenibles que refuercen el compromiso ambiental y la independencia energética.
Cada vez más empresas gallegas están dando el paso hacia un consumo energético más inteligente, explorando fuentes renovables que, además de cuidar el medio ambiente, les permiten mejorar la eficiencia y abrir nuevas oportunidades de negocio. A continuación detallamos cada una de ellas:
Energía solar fotovoltaica: el autoconsumo que ya es realidad
La instalación de paneles solares en un tejado o nave industrial se ha convertido en una de las opciones más populares. Permite generar parte de la energía que se consume a diario, reducir la dependencia de la red eléctrica e, incluso, verter los excedentes para obtener compensación económica.
Es una solución cada vez más común entre empresas de sectores como el agroalimentario, el comercial o el logístico, donde el consumo eléctrico es constante. En Galicia, muchas pymes ya incorporan sistemas de autoconsumo que les permiten ahorrar y ganar estabilidad frente a las fluctuaciones de los precios de la luz.
Biomasa y biogás: aprovechar los recursos del territorio
La biomasa y el biogás son fuentes renovables especialmente interesantes para el tejido empresarial gallego, sobre todo en el medio rural o en sectores con actividad forestal, ganadera o agroindustrial.
Su funcionamiento se basa en usar restos de madera, cáscaras o residuos agrícolas como combustible para producir calor, vapor o electricidad. Además, el biometano, un gas renovable generado a partir de residuos orgánicos, está ganando protagonismo.
Cogeneración: rendimiento máximo de la energía
La cogeneración permite producir, de forma simultánea, calor y electricidad a partir de un mismo proceso. Es decir, se optimizan los recursos para obtener dos servicios al precio de uno.
Esta tecnología es especialmente útil en empresas con procesos térmicos intensivos, como industrias alimentarias, papeleras o químicas, y ya cuenta con amplia implantación en Galicia, con cerca de cien instalaciones en funcionamiento, según el Instituto Energético de Galicia (Inega).
Energía eólica y mini-eólica, cuando el viento trabaja a favor
Las empresas situadas en zonas ventosas o con espacio disponible pueden beneficiarse de la energía eólica. Los sistemas eólicos de pequeña escala permiten complementar otras fuentes de generación, como la solar, y crear un mix energético adaptado a las necesidades del negocio.
Coordinada con el consumo local, esta opción permite reducir la dependencia externa y garantizar un abastecimiento más estable, sobre todo en instalaciones aisladas o industriales.
Geotermia y energía térmica renovable
La geotermia, que aprovecha la energía acumulada en el subsuelo, es una alternativa eficiente para la calefacción, la refrigeración e incluso para determinados procesos industriales. En Galicia, esta tecnología comienza a implantarse también en empresas del sector servicios y hostelero, gracias a su bajo coste operativo y a su estabilidad durante todo el año.
Redes energéticas locales y comunidades de energía: sumar para ahorrar
Otra opción en crecimiento son las comunidades de energía, en las que varias empresas o vecinos comparten instalaciones de autoconsumo. Este modelo reconocido por la legislación europea y española permite abaratar costes, aprovechar mejor los recursos y fomentar la cooperación local.
Para los polígonos industriales gallegos, estas redes energéticas locales pueden ser una herramienta clave para avanzar hacia la independencia energética y la competitividad sostenible.
Herramientas para dar el paso
Antes de iniciar cualquier proyecto, es fundamental realizar una auditoría energética que identifique puntos de despilfarro, maquinaria poco eficiente u oportunidades de mejora. Este diagnóstico ayuda a dimensionar correctamente las instalaciones y a definir la inversión necesaria.
Una vez implantadas las soluciones, es recomendable monitorizar el consumo en tiempo real mediante sensores y software de gestión, e implicar al personal con acciones de formación y sensibilización. La cultura energética dentro de la empresa es tan importante como la tecnología instalada.
Desde la Oficina Económica de Galicia podemos orientarte paso a paso con tus primeros pasos. Solicita tu asesoramiento gratuito e inicia ahora la transformación de tu empresa.