Cumplir con la normativa en materia de protección de datos no es una cuestión opcional para las empresas: es una obligación legal que afecta tanto a grandes corporaciones como a pymes y autónomos. Si tu negocio trata datos personales —de clientes, empleados, proveedores o socios— debes aplicar el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) y la Ley Orgánica de Protección de Datos y Garantía de los Derechos Digitales (LOPDGDD).
El incumplimiento de esta normativa puede derivar en importantes sanciones económicas, pero también pone en juego la reputación de tu empresa. Por eso, conocer las responsabilidades y aplicar medidas adecuadas resulta fundamental para cualquier organización que quiera operar de forma legal y segura.
¿Qué implica cumplir con la ley?
Respetar los principios de protección de datos va mucho más allá de incluir una política de privacidad en la web. Significa informar de forma clara a las personas sobre cómo se tratan sus datos, identificar la base legal que legitima dicho tratamiento, solicitar consentimiento cuando sea necesario, garantizar la confidencialidad y seguridad de la información, documentar todo el proceso para poder demostrar el cumplimiento ante una posible inspección y notificar cualquier brecha de seguridad a la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) y, si procede, a los afectados.
¿Todas las empresas están obligadas?
Sí. Cualquier organización que, como parte de su actividad, trate datos personales —como nombres, direcciones, teléfonos o cuentas bancarias— debe cumplir la normativa. Esto incluye desde un pequeño comercio hasta una gran compañía, pasando por asesorías, clínicas, despachos de abogados o empresas tecnológicas.
Pasos para adaptar tu empresa a la normativa
Cumplir con la protección de datos requiere planificación y compromiso. Estos son los pasos esenciales que toda empresa debe seguir:
- Identifica los datos personales que manejas. Saber qué datos tratas y con qué finalidad te permitirá determinar tus obligaciones.
- Evalúa si se producen cesiones o transferencias internacionales. Por ejemplo, si subcontratas servicios o utilizas herramientas digitales que acceden a datos, deberás regularlo legalmente.
- Valora si necesitas un Delegado de Protección de Datos (DPD). No todas las empresas están obligadas, pero en casos como tratamientos a gran escala o datos sensibles, es obligatorio.
- Implementa medidas de seguridad adecuadas. Desde cifrado hasta políticas de copias de seguridad, según el nivel de riesgo de los tratamientos que realizas.
- Documenta todo el proceso. Políticas internas, contratos de encargo de tratamiento, registros de actividades, cláusulas legales etc.
- Facilita el ejercicio de derechos ARSULIPO. Los ciudadanos tienen derecho a acceder, rectificar o suprimir sus datos, entre otros, y se debe ofrecer canales eficaces para que puedan ejercerlos.
- Diseña un protocolo ante brechas de seguridad. Establece cómo actuar si se produce un acceso no autorizado o una pérdida de información, y asegúrate de notificarlo en los plazos establecidos.
- Realiza auditorías periódicas. Permiten detectar posibles fallos o riesgos y corregirlos a tiempo.
- Forma a tu equipo. Un personal concienciado y formado reduce el riesgo de errores humanos, uno de los principales focos de vulnerabilidad.
Proteger los datos personales no solo es una exigencia legal,