Una contraseña fuerte es imprescindible, pero no garantiza la protección total. Si alguien consigue robar esa clave (por phishing, malware, filtración…), podrá acceder igualmente. La MFA (Multi-Factor Authentication, o autenticación multifactor) añade una capa adicional, como un código enviado al móvil, una aplicación de autenticación o una llave física. Esto hace que, aunque la contraseña caiga en manos ajenas, el atacante necesite también ese segundo elemento, lo que reduce drásticamente el riesgo de intrusiones. La autenticación en dos fases (2FA) es un método de seguridad de gestión de identidades y accesos que requiere dos formas de identificación para acceder a los recursos y los datos.
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