La deuda tiene una connotación negativa para muchos empresarios, tal vez por experiencias personales, casos que lograron conocer o poca información sobre el funcionamiento de las opciones financieras. ¿Y si no sale bien? ¿Y si no puedo devolverlo? ¿Y si pierdo el control de mi negocio?
Este miedo es comprensible, pero también puede convertirse en una trampa que frena el crecimiento y limita el verdadero potencial de la pyme.
Es importante decir desde ya: no toda deuda es mala. De hecho, muchas veces, no endeudarse puede ser más arriesgado que hacerlo bien. Si tu negocio tiene demanda, buena rentabilidad y capacidad de generar ingresos estables, esperar a crecer solo con recursos propios puede hacer que pierdas el momento clave.
La herramienta fundamental para estos casos es el apalancamiento financiero.
El apalancamiento financiero es usar financiamiento externo (normalmente deuda) para impulsar el crecimiento de tu empresa. La clave está en hacerlo de forma inteligente, manteniendo el equilibrio entre riesgo y oportunidad. Entonces, ¿cómo se usa el apalancamiento de forma estratégica?
Conociendo tu capacidad real de pago: antes de asumir cualquier préstamo, debes tener claro cuánto puedes pagar cada mes sin comprometer la operativa diaria. Esto implica revisar tu flujo de caja, tus márgenes y tu estacionalidad.
Calcula el retorno esperado: si vas a endeudarte para comprar una maquinaria, ampliar tu local, etc. Vas a necesitar estimar cuánto te va a generar esa inversión y en qué plazo.
Evalúa los riesgos: no se trata de imaginar el mejor escenario, sino de analizar también los peores. ¿Qué pasa si los ingresos no llegan tan rápido como esperas? ¿Tienes un colchón o un plan alternativo? Una buena planificación de posibles situaciones puede ser la diferencia entre tomar un riesgo y tomar una oportunidad.
Elige el producto financiero adecuado: no es lo mismo un préstamo a 10 años para una inversión en maquinaria que una línea de crédito para cubrir picos de tesorería. Aquí es donde un buen asesor puede ayudarte a encontrar la mejor solución para tu situación.
Medir el apalancamiento (pasivo / patrimonio neto) puede darte una idea de cuánto dependes de financiamiento ajeno. Un valor alto no es necesariamente negativo, pero sí es una señal para vigilar de cerca si el crecimiento va acompañado de una estructura sólida y sostenible.
Endeudarse no es el problema, sino hacerlo sin planificación. No se trata de correr riesgos innecesarios, sino de reconocer que, en muchas ocasiones, el miedo a crecer es más peligroso que la deuda en sí. Porque ese miedo paraliza, mientras que una estrategia bien pensada te permite avanzar con control y visión.
Endeudarse con planificación puede ser más seguro que no hacerlo y quedar estancado.
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