Tus documentos contables están en orden, ya sabes que tener tus cuentas al día te da una base sólida para entender tu pyme. Gracias a esto puedes delegar parte de tus responsabilidades y sientes que, poco a poco, puedes recuperar un equilibrio entre tu vida personal y el trabajo. Pero entonces, después de un buen fin de semana, descubres que la «caja chica» tiene poca liquidez. ¿Cómo anticiparte a esto antes de que suceda?
Aquí entran los indicadores clave de salud financiera, herramientas simples, pero poderosas que te ayudarán a tomar decisiones con más seguridad.
- Liquidez, es decir, la capacidad de tu empresa para hacer frente a pagos inmediatos, para responder en efectivo cuando hay que pagar un compromiso urgente.
- Ratio de liquidez (activos corrientes / pasivos corrientes): Un valor menor a 1 indica que podrías tener dificultades para pagar a tiempo.
- Solvencia, te permite saber si tu empresa puede asumir todas sus deudas, incluidas las de largo plazo. Es una fotografía más completa de la estabilidad financiera de tu negocio.
- Ratio de solvencia (activos totales / pasivos totales): Si es mayor a 1, estás en una posición más estable.
- Rentabilidad, mide la capacidad de generar beneficios reales con tu actividad. No se trata solo de vender más, sino de que al final quede un margen que justifique el esfuerzo y el riesgo. Si no estás ganando, estás perdiendo tiempo o recursos. Esta ratio te dejará saber si: ¿estás ganando realmente con tu actividad?
- Margen neto (beneficio neto / ingresos): Una rentabilidad baja puede ser señal de que los ingresos no compensan los costes, o de que hay áreas que requieren ajustes.
- Endeudamiento; un endeudamiento sano puede impulsar el crecimiento; uno excesivo, en cambio, puede volverse una carga que asfixie tu operación y te deje sin margen de acción.
- Ratio de endeudamiento (pasivo total / patrimonio neto): Un apalancamiento alto no siempre es malo, pero sí es una alerta para revisar si puedes sostenerlo.
Lo importante no es memorizar fórmulas, sino entender qué te están diciendo los números. Estos indicadores no solo sirven para ti: también los usan bancos, inversores o consultores para evaluar tu empresa. Tenerlos claros y saber explicarlos te pone en una posición mucho más fuerte para negociar y planificar.
Uno de los errores más comunes es revisar los números solo cuando llega el cierre fiscal.
La salud financiera se cuida en el día a día. Aunque no seas contable, puedes tener una hoja de control con ingresos, costes, saldos bancarios y deudas que te brinde una visión rápida de tu situación real. Y si hacerlo solo te cuesta, siempre puedes apoyarte en un gestor o en herramientas digitales que faciliten el seguimiento.
Si necesitas asesoramiento en este ámbito, recuerda que puedes solicitar el servicio de asesoramiento gratuito de la Oficina Económica de Galicia.