En determinados momentos, las empresas atraviesan situaciones que requieren decisiones rápidas, experiencia contrastada y una visión externa que permita avanzar sin perder el rumbo. Ya sea por una reestructuración interna, una vacante inesperada en la dirección o la necesidad de acelerar un proyecto estratégico, contar con un perfil externo que aporte conocimiento y capacidad de gestión puede marcar la diferencia.
Es en este tipo de contextos donde entra en juego la figura del interim manager, un profesional con amplia trayectoria que se incorpora de forma temporal para asumir funciones ejecutivas específicas. Su papel no es solo cubrir una necesidad, sino impulsar la transformación o consolidar procesos fundamentales sin comprometer la estructura a largo plazo.
Aunque el término aún puede resultar desconocido para muchas pymes, cada vez más organizaciones recurren a estos profesionales altamente cualificados que asumen funciones directivas de manera temporal con un objetivo claro: aportar experiencia, visión externa y capacidad de gestión desde el primer día.
¿Cuándo puede ser útil incorporar a un interim manager?
Las empresas no siempre pueden anticipar todos los retos. En ocasiones surgen vacíos de liderazgo de forma repentina, por la marcha de un directivo por ejemplo, o por la necesidad de acelerar procesos de transformación que exigen competencias específicas que la compañía no tiene en su equipo interno.
También es habitual su participación en procesos de reestructuración, internacionalización, integración tras una fusión o adquisición, o implantación de nuevas líneas de negocio.
En estos escenarios, un interim manager actúa como un refuerzo ejecutivo temporal, que permite avanzar sin detener el rumbo de la empresa mientras se toma una decisión a largo plazo o se ejecuta un proyecto complejo.
De este modo, una de las principales ventajas de contar con un interim manager es que se trata de un perfil muy experimentado, acostumbrado a liderar equipos y tomar decisiones en entornos de presión, que ofrece una mirada externa, libre de inercias internas, y una fuerte orientación a resultados.
Además, su incorporación es rápida y flexible, no requiere procesos de selección largos ni compromisos a largo plazo. Se trata de una colaboración limitada en el tiempo, con objetivos definidos y un claro enfoque en el retorno.
Las pymes, en particular, pueden beneficiarse del interim management como fórmula para acceder a talento directivo de alto nivel sin necesidad de asumir el coste estructural que supondría una contratación indefinida. Es una opción especialmente útil para proyectos que requieren una dedicación intensiva en un período determinado o para reforzar el equipo en momentos críticos sin comprometer la estrategia a largo plazo.
En definitiva, se trata de una figura que aporta estabilidad en tiempos de cambio y permite afrontar los desafíos con mayor seguridad y conocimiento. ¡No lo dudes! Solicita el servicio gratuito de asesoramiento de la Oficina Económica de Galicia, para conocer cómo implementar esta figura en tu empresa.
